Estado actual del colegio.
A las puertas de una nueva elección de autoridades para nuestro colegio, queremos
transmitirles un mensaje que no reviste la calidad de propuesta, ni de autoelogios.
Esta referido a las nociones que circulan de manera subterránea y que se nos
han vedado, no pudimos criticar o al menos debatir como núcleo de personas interesadas en el futuro, del lugar que nos representa
en conjunto.
Nada se ha dicho acerca de la situación problemática por la que está atravesando
el colegio de psicólogos.
Demás está subrayar lo que conocen porque como nosotros, lo han palpado por
sí mismos. Esto es, el distanciamiento notable que se ha producido entre la actividad del colegio y las necesidades de sus
matriculados.
No hubo en esta gestión la tantas veces esperada participación del interior
provincial; se ha superado el número de 6000 matriculados y mucho menos de la mitad podrán participar del acto eleccionario.
Frente a la sociedad, como organismo referente de la salud mental se ha generado
un incomprensible vacío de posición, opinión y propuesta, en tiempos de creciente necesidad de apoyo y nucleamiento intersectorial.
La defensa gremial de los matriculados en todos sus órdenes; las actividades
científicas; de acción; obras sociales; prensa, han transcurrido sin latidos, profundizando la creencia generalizada de que
el colegio no brinda estos servicios y enraizando en consecuencia, la idea de que no tiene sentido más que legal estar matriculados.
No criticamos personas, vale aclararlo, es “la gestión” en su amplia
dimensión lo que nos preocupa.
Hace 3 meses que no se alcanza el mínimo de participación de autoridades necesario
para las juntas de gobierno, esto ensayando una injustificable explicación de enfrentamiento pleno entre Presidenta y Secretario
General, con el agravante de tener alineados a los secretarios por mitad hacia a uno u otro costado.
¿Será necesario recordarles que se encuentran en gestión, cobrando puntualmente
sus honorarios, regidos por reglamento al mandato por el cual representan a todos los matriculados, cautivos a su vez de la
desinformación y descontrol evidentes?
¿Debemos entender que tanto una como la otra fracción habrá por sí sola de representarnos
adecuadamente durante toda una gestión, si juntos no han podido hacerlo en esta?
Nociones subterráneas que hablan de mensajes contradictorios y polarización
de tareas entre empleados fieles y antagónicos; supresión arbitraria de atribuciones reglamentarias para algunos secretarios,
reuniones por separado y decisiones auto-legitimadas, sin que esta inadmisible coyuntura haya sido motivo para un reclamo
formal y enérgico que resultaría “entendible” en los empleados, pero insoslayable en autoridades elegidas por
el voto de los matriculados y no por la buena voluntad de otro miembro de una lista.
Qué decir de las nuevas funciones burocráticas administrativas creadas o incrementadas,
responsables de desinformación e incursión en error de matriculados producto de su ineficiencia.
Qué sobre el proceso electivo, cuando con asimétricas recursos de consulta,
se impugnó desde la lista oficial (Bravo) a candidatos y avales de las dos listas restantes (nosotros y Cáceres) generando
reclamos, presentaciones judiciales, demoras y desgastes económicos, materiales y anímicos que en definitiva dejan muy en
claro la necesidad de actualización normativa integral.
Tenemos dudas para darle crédito a algunas de estas referencias informales,
porque resultaría inexplicable que habiéndose entregado desde la Junta Electoral sólo 700 votos para difusión de listas, sea
tan importante el número de matriculados que ya han recibido en su domicilio postal la propuesta oficial con el voto incluido,
vía correo argentino.
Mientras tanto, esa lista insiste en el mensaje electoral dirigido a los matriculados
con las mismas propuestas incumplidas de la campaña anterior (2006), incluido el mensaje de presentación, prometiendo medidas
que no pueden resolver de manera autónoma y mucho menos en un marco de aislamiento sectorial con entidades vinculadas o complementarias,
cerrados al debate de ideas y propuestas y lo que es peor, lejos de sus propios representados.
Cerramos nuestro mensaje, deseándoles y deseándonos suerte, convocando al compromiso
de elegir sabiamente a aquellos que sean capaces de representarnos dignamente, con responsabilidad y eficiencia, anteponiendo
el servicio a los intereses de sector, apostando al desarrollo pleno de una de las disciplinas con mayores expectativas de
futuro que nos reclama proyección y trabajo mancomunado.
Muchas Gracias.-